jueves, 6 de febrero de 2014

La historia del Bicho Raro en el lugar adecuado.

Hubo un tiempo en el que todo estaba resuelto. No había preguntas, ni respuestas, ni situaciones para plantearse preguntas y todo parecía marchar sobre ruedas.
Hubo un lugar en el que toda la teoría podía llevarse a la práctica sin error alguno, un lugar en el que nada iba en contra de nada.

Ahora, una ciudad al otro lado de la ventana y, en el opuesto, alguien que pensaba haberse encontrado y no resultó ser cierto.
No se complicaron las cosas, aparecieron las preguntas, la sed de respuestas, las situaciones que creaban más preguntas y teorías que no encajaban con la práctica.
¿Será un bicho raro? ¿En un lugar adecuado? ¿O en un lugar equivocado?

"La gente de mi alrededor no hablaba el mismo idioma y me pierdo con tanto giro de espaldas."

Pero Bicho Raro, seguía sin comprender: Las infraestructuras estaban en su idioma, hechas a medida y con paredes que tenían conversaciones que al bicho raro le interesaba.
Muchas preguntas rondaban en su cabeza:

¿Qué falla en este lugar?: ¿Soy yo? ¿Es la materia? ¿Son ellos? ¿Mi utopía alcanzable? ¿Sus bocas abiertas y sus mentes cerradas?
¡Ahá!

"Sus bocas abiertas y sus mentes cerradas..." Se repetía el Bicho Raro en su cabeza

Eso no iba a solucionar los problemas de Bicho Raro. Incluso, si se ponía egoísta, Bicho Raro podía deducir que no tenía ningún problema, lo tenían los demás.

Hubo un tiempo en el que Bicho Raro pensó haberse encontrado y se perdió con tanta normalidad...
Hubo un lugar en el que Bicho Raro perdió mucha fe en su especie, en el que se dio cuenta de que no todos pensaban como Bicho Raro, un lugar donde todo chillaba los principios que Bicho Raro defendía.

Pero Bicho Raro no se asusta, sabe que está en el lugar adecuado.