jueves, 6 de junio de 2013

Escribir.

Bolígrafo en mano, mano alzada, fluidez, dolor.

Plasmar pensamientos en palabras no es tan sencillo. Pero entonces me doy cuenta:

Nada en la vida es sencillo. Hasta el simple hecho de despertar al día siguiente es complicado, pero estamos tan acostumbrados a ello... 
A veces nos duele la vida. Nos duele el despertar. ¡Nos damos cuenta de lo complicado que es vivir!

Nada es sencillo. Pero se consigue.
Las cosas sencillas pasan por nuestra vida como gotas de miel en nuestros labios: Exquisitez fugaz.
En cambio, cuando se complica, sufrimos un amanecer eterno: La venganza de a vida fugaz.

Bolígrafo en mano, lo separo del papel. Leo. Vuelvo a leer.

Vaya, no sé qué me pasa.

Ya no es el momento de buscar la respuesta, sino de salir a encontrarla.