martes, 18 de diciembre de 2012

Del sueño a la realidad, lo más difícil: Despertar.

La noche trajo sus estrellas y bajo su manto estuve soñando. Poco a poco la luna y sus doncellas dieron paso al sol y el día volvió.
Los días siempre vuelven, qué reconfortante sentir esa fidelidad de la vida.
Hoy es el día y la noche, posteriormente.
Hoy me despegué las mantas, aquellas que me incitan a soñar, y me apresuraron los zapatos para marcar mis pasos. Me chilló la ropa que no soy un animal y el reloj me mostró cómo corría el tiempo.
¡Qué prisa siempre!
Los días siempre vuelven, pero nunca el mismo.
Así que hoy es el día.

Hoy maldeciré otra vez mis alas escondidas, pero volaré con las que imagino tener.
Buscaré la verdad de mis razones, los fundamentos de mi vida y el escondite perfecto para guardarme en soledad(aquella tan dulce que duele).
Tal vez hoy me equivoque o puede que de en el blanco. Pero, ¿qué blanco es el más blanco?
Hoy no quiero nada.
Quiero todo.

Suerte disfrutar del día.
¿Suerte?
Qué me importa definir. Hoy decidí, sobre todo, vivir.
Y al crepúsculo, la luna volverá a invitarme para pasar la noche con ella. Y yo, como siempre, volveré a caer. Rendida entre sus sábanas, agotada de vivir.
Despertar y no sentirla a mi lado. Destrozarme.
Que me consuele el sol, que hoy ha vuelto y merece la pena.