jueves, 13 de diciembre de 2012

Mil cartas para ti.

Quiero ilustrarte con palabras.
Acariciarte suavemente con mis tecnicismos de terciopelo y susurrarte en cada momento la intensidad de mis latidos.
Me gustaría que tus oídos fuesen testigos de mis cavilaciones, exteriorizando mis recuerdos, explicándote quien soy.
Quiero ilustrarte con palabras sencillas.
Cómo me gusta la sencillez y, sobre todo, cómo me gustas tú.

Y ahora estás en la ventana, escuchándome hablar y fumando ése cigarro que consume tus preocupaciones.
Chica de ojos marrones, tez morena y cabello castaño, quién pudiera decirte cuanto te quiero en tan pocas palabras.
Me gusta la sencillez, pero ni tú eres tan sencilla ni yo tan complicado.

Cuando te giras y me miras, se me eriza la piel, me enloqueces y te quiero.

Quiero ilustrarte con palabras.
Quiero ver tus alas, quiero tu sonrisa cálida en la noche fría y despertarme con tus ojos, que al mirarte, hacen que me pierda en la profundidad de tus pupilas.

Intenté ilustrarte con palabras.
Intenté buscarte mil sinónimos y sorprenderte una vez más mientras me pierdo en mis desvaríos.
Pero una vez más, aquí me quedo.
En el intento de ilustrarte y en el intento de tenerte.