miércoles, 19 de septiembre de 2012

Temporizadores.

Como el humo, después de permanecer en el cuerpo, salí y me esfumé. Desaparecí.
Debo aclarar que desaparecí como el humo, única y exclusivamente.
El humo es lo único que se iba de mi vida después de que todo lo que yo poseía se desvaneciese. La esperanza, la felicidad, la alegría, la tristeza, la depresión, la ansiedad, la personalidad.
Dicen que lo último que se pierde es la esperanza y es mentira. Lo último que se pierde es el ser, la propia esencia y, cuando sólo quedaba yo, todo se difuminó como se difumina el humo en el aire.
¿Porqué como el humo? ¿Qué otra cosa iba a ser sino? Eso fue último que vi escabullirse y creo recordar que era lo mejor que podía escapar de mi interior: La nada inerte que quedaba en mi.
Sé decirte la razón de mi desaparición. Lo hice porque todo lo hizo, todo se escondió en algún lugar y no voy a encontrarlo. Ni siquiera quiero buscar porque ya no me pertenece. Está todo contaminado y no mantienen la esencia.
No sé porqué, pero se fueron...
Así que yo también me desvanecí como el humo, cuando fumaba, cuando encontraba, cuando yo me poseía y cuando el pasado formaba parte del presente.
Echo de menos el pasado, temo el presente y me inquieta el futuro.
¿ A dónde fui?
Si supiese la respuesta, me encontraría.