lunes, 7 de junio de 2010

Ella reposaba su cabeza en su hombro mientras, él, lentamente le acariciaba la mano. Ella sonrió, subió la mirada y vio como sus ojos se posaban en los suyos. Ambos sonrieron.
Bajaron la mirada al mismo tiempo que sus cuerpos, los dos a cada lado, cerrando los ojos y fundiéndose(...)
Sebas, hoy me he vuelto a acordar de ti. He leído todas las cartas, bueno, los borradores, y me he acordado de todo, de cuanto te quise y de las locuras que hacía por ti. Creo que nunca había experimentado ese tipo de amor loco y ciego por alguien que sabía perfectamente que no llegaría a rozar sus labios. Si yo fuese tú, me sentiría afortunado de que alguien me haya querido tanto... Creo que no volveré a soñar con eso nunca más, o eso espero.
La verdad es que echo de menos esa locura y mierda que me rodeaba, sobre todo mierda. Nunca había estado tan rodeada de drogas, hubo un momento que hasta me llamé inútil y gilipollas mientras seguía fumándome un porro, o soñaba con beberme un buen baso de cualquier tipo de alcohol, todo por perderte de vista en mi cabeza. Y cuando de repente me contestabas alguna que otra carta, las ganas de consumirme aumentaban.
Sebas, ahora que recuerdo todo eso, puedo decir: ¡Qué feliz estoy!, aún echándote un poco de menos, soy capaz de seguir y seguir sin cansarme.
Juro que los días me pesaban y cada vez lo veía todo más negro. Nunca había estado tan acabada...
Pero esto no vuelve a ser una despedida, seguiré acordándome de ti añadiendo los días pesados y las drogas. Espero que todo te vaya tan bien como a mi.
Carla.