sábado, 12 de diciembre de 2009

Son todo risas fáciles, risas sin ningún prejuicio, sin ningún porqué detrás de su sonido. Esas están bien, de vez en cuando, si no tienes otra cosa mejor que hacer, pero no son las adecuadas cuando sabes que deberías hacer algo más importante que fumarte sonrisitas envueltas en plástico.
Cuando sabes bien lo que debes hacer y te preguntas ¿Porqué coño sigo haciendo esto?, es cuando el dilema se presenta con todas sus consecuencias y sus holas, ¿que tales? y tú, intentando hacer el mínimo caso, poco a poco vas siendo absorbido por tus propias sonrisitas falsas, ya que no tienes otra sensación mejor que esa mierda que te tomas.
De pequeña mis padres me decían un refrán(que no me acuerdo cual era) pero significaba que primero era el deber y luego la diversión. Pero, ¿Y si el deber te duele? ¿Que debes hacer? ¿Evitar el dolor tomándote todo tipo de medicamentos y dar tiempo al tiempo o afrontarlo y aceptar las consecuencias por muy dolorosas que sean?
Eh ahí, el gran dilema de mi vida.