jueves, 24 de abril de 2014

Hoy hay tormenta, fuera.

Paradójicamente, las noches más silenciosas son las más ruidosas. Atravesando el cristal se empaparían hasta los pensamientos y retruena a lo lejos. Aquí dentro el sonido es tenue, un hilo musical recorre la habitación, el aire se siente suave y sabe dulce. A veces la soledad es la mejor compañía y tengo la sensación de acostumbrarme poco a poco.

A menudo tiemblo por las noches y caigo de la rama del árbol que me sujeta, me balanceo allí y allá pero siempre para acabar en el mismo lugar: en el suelo. Cuántas veces deseé que nunca llegara el momento de topar con el límite impuesto. Imposiciones, sólo imposiciones... Yo quiero seguir flotando sola!!

Sé que la soledad duele, sólo algunas veces. Pero ésta no me molesta ni un poco, me agrada y la disfruto. Sola crezco sin coercion. Sola, muchas veces soy libre.

Respiro, inspiro y sonrío.

Después de todo, hoy no soy una hoja. Hoy soy un mar calmado viendo el sol ponerse mientras fuera llueve y truena.

Todo está en un caótico orden.