jueves, 5 de mayo de 2011

Cómo luchar contra la soledad.

-Yo suelo entrar en la mente de la gente, y de vez en cuando, cuando la persona es poco compleja, soy capaz de penetrar en su corazón. No puedo arreglar nada por ahí dentro, pero soy capaz de entender el problema. Algo parecido a la informática.
Hace una mueca con la cara, tuerce la comisura derecha hacia arriba. Puedo entender que cree que le estoy tomando el pelo.
-De verdad, no le miento.
Baja la comisura del labio, se queda en un gesto neutro y finalmente habla.
-Bueno, tal vez eso pueda ser posible. Explícame el procedimiento.
Ahora cree que le estoy mintiendo o jugando con él.
-Ahora mismo estoy ahí dentro. Es un hombre listo, aunque es normal, sino no estaría aquí.
-¿Cómo lo haces?
He conseguido captar un poco su atención.
-No lo sé exactamente. Empiezo mirando los ojos de la gente, y a partir de ahí se abre un mundo de oportunidades para explorar en su cabeza. Percibo cosas que piensa de una forma abstracta y soy capaz de reconstruirlo. Sus sentimientos... muy poco ya que, de eso, el cerebro no entiende. También soy capaz de ver cosas que sabe. No literalmente. Es difícil de explicar.
-Inténtalo.
Le pido una hoja y un boli. Me los da.
Entonces, empiezo a hacer un montón de lineas sobre el papel.
-Esto es lo que veo de una persona cuando intento saber que es lo que sabe. En el colegio nos explican que una linea es una sucesión de puntos. Tú no puedes ver los puntos exactamente, pero si puedes ver la cosa en general y sabes que están ahí. Eso es lo que me pasa.
Mira el dibujo, sube la mirada, me mira dos segundos y vuelve a bajar la mirada.
-Creo que puedo comprender eso. Ahora, explícame lo del corazón.
Pienso como hacerlo, es la primera vez que explico algo así.
-Eso es mas fácil de hacer. Hay personas y personas. Hay algunas que son muy sencillas de entender y de una pasada rápida ves lo que hay ahí dentro.-Señalo la cabeza-No quiero decir que sean tontos, sino que, no se molestan en llenarse. Y fácilmente, puedo sentir que hay en su corazón. Si está enamorado, triste, si ha discutido con alguien, si está decepcionado... y un sin fin de sentimientos.
El hombre bigotudo vuelve a mirarme de frente. Ahora ya se está tomando el asunto más en serio.
-Bueno, creo que la cosa empieza a tomar forma. Nunca había tenido un paciente así es algo muy interesante.
Anota algo en su cuaderno, vete tú a saber qué.
-Señor, puedo decirle algo.
Siento que tiene un poco de miedo, pero afirma con la cabeza.
-Está muy bien su oficio, y usted es un hombre muy listo, se ve que le gusta y disfruta con esto, pero, atienda más a su vida, no se esconda en los problemas de los demás. Tiene mucho de lo que hablar con el mundo.
Se quita las gafas, las deja en el cuello de la camisa, sonríe y me dice.
-Su sesión ha acabado señorita. Nos veremos pronto.
Me levanto del sillón. Él intenta hacer como si no hubiese dicho nada, pero su interior pide a gritos algo para beber y una llave para ese bozal que tiene en su corazón.