lunes, 17 de enero de 2011

Todos tenemos cierto tope. Pero nadie puede decidir el límite del vaso.
La gente llena mis vasos poco a poco, pero sólo unos cuantos han conseguido llenarlos. Unos vasos que he estado cambiando cada dos por tres para que ninguno se colmase, pero, no sé cuando, me quedaré sin.
Y el día que lo haga, todos los causantes tendrán la recompensa de todo lo que han hecho y de lo que no.


Ser agua o... no.