jueves, 9 de diciembre de 2010

Cuéntame. Dime que es verdad, aunque yo misma lo sepa. Sé, como todo el mundo, que has tenido esa sensación, como todo el mundo. Has conocido a alguien, y lo único que has pensado ha sido: Dios, como mola. Así, separando cada palabra con un punto en tu cabeza
Lo sabes. ¿Quien no?
Pero, ayer no podía dormir, y me di cuenta de que todos seguimos el mismo patrón, como mi abuela cuando cose. Quizás en el resultado final, la ropa sea diferente porque hayamos pensado en añadirle complementos, o hacer algún rasguño en la falda o pantalón.
Todos vamos siguiendo un camino, típica frase, y cada uno va encontrando cosas, típica frase 2, algunas cosas, nos las quedamos, otras las soltamos, y otras ni las cogemos. El caso, es que siempre están los típicos objetos que gustan a la mayoría, después los que son únicos, y los que nadie quiere.
Esa persona en la que has pensado, simplemente sigue el mismo patrón, pero lo único que le diferencia es la cantidad y tipo de objetos que ha decidido coger.
Tampoco somos tan diferentes.
Eso hace que me de cuenta de el tipo de personas que hay en el mundo. Para mi, dos.
Los que admiten ese patrón y los que creen que han nacido así por arte Divino.



Al fin y al cabo no eres nada del otro mundo.