jueves, 12 de noviembre de 2009

Como una niña pequeña, a la que cuides cada madrugada evitando su llanto, con la que juegues a las muñecas repitiéndole una y otra vez que no hay muñeca más preciosa que ella, con la que pasees de la mano diciéndole que no te suelte para no perderla, a la que despiertes cada día con una sonrisa, a la que recuerdes que la quieres y que siempre lo harás.
Déjame ser tu niña pequeña no tan pequeña.