jueves, 31 de octubre de 2013

No tengo nada más que decir.

-Buenos días Miguel, siéntate y cuéntame qué tal la semana. ¿Algo que quieras destacar?

Mantuve silencio durante unos segundos, pero tenía muy claro qué era lo que le quería contar de la semana. Me gustaba repasar las palabras antes de que salieran de la boca y tantas veces lo había hecho que a menudo perdían sentido.

-Sí.

El silencio volvió a hacerse presente, quería que él me preguntara para empezar. No precipitarme era la base de mi filosofía. La meditación, el silencio y la espera: Los pilares que me sujetaban.

-¿Y bien?

-Fui al centro con ella, nos divertimos, comimos juntos. Todo sobre ruedas. Pero a la vuelta no sé que pasó pero sentí... sentí... ay.

-Tómate tu tiempo.

No hacía falta que él me diera permiso para ello, yo ya iba a tomármelo. Sufrí, no sabía cómo explicarle lo que sentía así que recurrí a las metáforas.

-Sentí aquello que se siente cuando estás frente a un mago y hace un truco de magia espectacular. Sabes que tiene que haber un truco, pero tú has estado allí y... ¡No has visto nada que pueda corroborarlo!

Ahora el que mantuvo silencio fue él. Una extraña sensación de odio me invadía cuando no era yo quien lo provocaba.

-¿Qué fue el desencadenante de ese sentimiento?

-Me preguntó desafiante si sabía qué era lo mas difícil de la vida.

-¿Y bien?

No soportaba esa expresión. ¡No hay nada bien!

-Le dije que no, no lo sabía. -Me costaba continuar, no quería volver a los sentimientos. Pero debía aprender a enfrentarme a ellos.- Creo que ni siquiera estaba preparado para querer saberlo, pero ella me contestó: Lo más difícil de la vida es vivir disfrutando, pero aceptando que al final todo desaparecerá.

-¿Crees que tiene razón?

Preguntó nada más haberle explicado la situación. No esperaba esa cuestión, creía que iba a preguntarme qué le contesté. No me había parado a pensar si tenía razón o no. Así que no contesté pasado unos minutos, unos minutos intensos. Debía pensar bien qué responder, la respuesta iba a condicionarme y no estaba dispuesto a decir cualquier estupidez.

-No. Lo más difícil de la vida será seguir existiendo cuando ella desaparezca.