lunes, 5 de julio de 2010

Podría quedarme ahí por siempre. Esa música en directo me encantaba, el humo flotaba por todo el local y él... Él estaba ahí, como siempre. Yo, escuchando la música, cerraba los ojos y me dejaba llevar. Cada vez que los abría, y me cruzaba con los suyos, un puñal me atravesaba haciéndome recordar los meses anteriores.
Calada tras calada de algo que contenía algo más que tabaco, dejaba fluir los nervios y el dolor fácilmente con el aire.
No es fácil respirar cuando estás cerca. No es fácil vivir con esto y sin eso.

Hacía tiempo que no escribía algo así, pero temo que vuelva(...)