domingo, 9 de mayo de 2010

Sabes,-bueno, que te va a contar que no sepas- la vida da vueltas y vueltas y vueltas sin cansarse. Supone que se tomará bastantes biodraminas, porque de no ser así, acabará por vomitar-como ella ese sábado-. Ahora ha parado, se ve que necesita repostar, y teme que vuelva a dar vueltas y vueltas y vueltas. Ahora, desde esta parte, ve todo el paisaje, verde, con el cielo azul, los pájaros cantando, el calor rodeando su cuerpo y con esta compañía que a ella tanto le agrada. Quien iba a decirles... quien iba a decirte a ti que después de meses algo iba a acabar bien, y que tu vida se estabilizase. Visto desde arriba, las vistas son esplendidas. No imaginabas que la perspectiva cambiase tanto, como cuando estás en la ciudad, en la calle, y escuchas el claxon, el monóxido de carbono-maldita química- inundando tus pulmones, la gente cabreada, pero subes al ático y lo ves todo tan diferente en cambio es la misma zona de la ciudad.


Eres el único, que aún estado en la luna, es capaz de ponerme los pies en el suelo.