miércoles, 3 de febrero de 2010

Si intento comer lo mínimo en dos semanas adelgazaré un kilo y medio... Piensa. Está obsesionada. Acaba de estudiar, guarda los libros y se encierra en el sótano, su habitación sin cama, con la mejor compañía. Rock dulce y cañero rebota por las pareces. Ella se sienta en el suelo apoyada sobre un cojín y se enciende en secreto un Malboro. Música demasiado dura y fuerte, para ocultar su lado más tranquilo y frágil. Expira, inspira. Saborea hasta la más picada hoja de tabaco y deja correr por sus venas la ansiosa nicotina que necesita de vez en cuando, últimamente, demasiado a menudo. El humo dibuja sus pensamientos abstractos en el aire observado con ojos divertidos. Esto sí que me gusta, dice para sus adentros. Hasta la más remota partícula se cubre de humo a causa los dos últimos cigarrillos. Se levanta, se mira al espejo. Tan frágil... el mismo aire un poco más fuerte podría llevársela perfectamente y ella todavía quiere dejarse llevar aún más. El pelo cobrizo le cae por los hombros, demasiado planchado y quemado. Los ojos negros no transmiten ni una pizca de serenidad en su interior. Todo por dentro es oscuro. Toda ella vive envuelta en un error. Normal que se haga la dura fumando, y escuchando Rock, ya que si no lo hiciera, moriría de debilidad.