miércoles, 24 de febrero de 2010

El sol calentándome las mejillas, la arena entra en contacto con mi piel, cierro los ojos pero aún así noto la luz del exterior. Ruido, bueno no, definiría ese sonido como una melodía sin compás, un vaivén de olas chocando, sonido producido con una afinación correcta, clave de do, ni bemoles ni sostenidos de más. Viento que silva, mi ego sube, al menos le gusto al viento ¿Qué más quiero? Una libertad infinita...
En mi mano un mechero, ¿El cigarro?, para que destrozar el aire intacto. Mi imaginación vuela con, ojalá estuviese en ese lugar ahora mismo(y con la persona adecuada).
Sonrisas fáciles, que gran satisfacción. A veces me alegro de ser así, tan descuidada por los problemas, perdonando fácilmente a la gente que me hiere. Pero así mejor, se perdona, se olvida y se vive. No como los demás. Hay que ser único en esta vida, o no eres nada.
El buen tiempo me hace feliz, las nubes se llevaron todos mis miedos.